lunes, 12 de septiembre de 2011

¿Un pre-preparado? ¿.. y por qué no?




El gran dilema a la hora de decidir hacer un cóctel o una comida es elegir un pre-preparado o prepararlo uno mismo. La pregunta es la siguiente, ¿Cuál o que es mejor?, entendiendo por mejor el grado de satisfacción que puedo obtener al elegir una acción u otra. La respuesta es obvia, es: el elaborado al momento y por uno mismo, pero, ¡atención!, siempre y cuando  elijas productos frescos, de calidad y te ciñas a una buena receta.  En Europa, prácticamente todos los alimentos de gran consumo se congelan para transportarlos, después de haber sido recogidos días antes. Las frutas como las verduras han de estar frescas para que  mantenga el sabor, olor, aroma y textura particular. Muchas veces resulta difícil encontrar el producto con las características deseadas.

En la elaboración de determinadas recetas, más aun cuando se tratan de platos de otras latitudes, los productos recomendados  no son  lo mismo. Es el caso de limón europeo o el limón peruano.

Otro aspecto importante es la combinación de las proporciones que debe contener una receta. Cuantas veces hemos conseguido un plato extraordinario y al volverlo hacer ya no ha sido lo mismo. En este caso ya no hablo de las variaciones propias de la materia prima, sino de que las cantidades que empleemos han de ser siempre las mismas, de lo contrario no obtendremos el mismo resultado. No es raro que por las prisas añadas cantidades a “ojo” y que después no sean  las adecuadas, unos poquitos gramos de exceso de pimienta o de jengibre  puede estropearte  un plato.

En resumida cuenta, la receta preparada in-situ, utilizando los mejores productos y bien preparada, es la mejor opción a la hora comer o beber, sin embargo si no cumples con las mejores condiciones la mejor opción será elegir el mejor pre-preparado.

En el próximo artículo y siguiendo la línea de este artículo les hablaré de algunos pre-preparados y de la mejor elección.

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