viernes, 8 de marzo de 2013

Que no falte un buen Pisco (¡Que bueno era!)






Que no falte un buen pisco en mi velorio
ni un jalisco chingón de despedida,
respirar es un lujo transitorio
hay vida más allá pero no es vida.

Evitadle al fiambre, ¡Que bueno era!,
el rip de la portera y el pariente,
el gori-gori de la plañidera
que no tenga mi cuerpo tan presente.

Quise viajar a todas las ciudades,
divorciarme de todas las casadas,
robarle al mar su agónico perfume.

Y apuré, vanidad de vanidades,
después de demasiadas madrugadas,
el puré de cicuta que resume.

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