Los alimentos deshidratados y liofilizados se
caracterizan por haber pasado por un proceso en el que se ha eliminado la mayor
parte de su contenido en agua, esto favorece la conservación del producto por
más tiempo, y entre otras cosas, en algunos casos proporciona nuevas formas de
consumo.
Pero veamos
también las diferencias que hay entre los deshidratados y liofilizados, éstas se encuentran
principalmente en el proceso al que se somete el alimento para la extracción
del agua.
El deshidratado,
todos lo conocemos, es uno de los métodos de conservación más antiguos, aunque
hay distintas formas de realizarlo.
La deshidratación se realiza desde el alimento en su estado natural, sea entero o troceado, exponiéndolo a una fuente de calor suave, como puede ser el sol o una superficie caliente, desde el horno a los actuales deshidratadores de alimentos. El agua del alimento pasa del estado líquido al estado gaseoso.
La deshidratación se realiza desde el alimento en su estado natural, sea entero o troceado, exponiéndolo a una fuente de calor suave, como puede ser el sol o una superficie caliente, desde el horno a los actuales deshidratadores de alimentos. El agua del alimento pasa del estado líquido al estado gaseoso.
Método de
liofilización
Por el contrario,
en la liofilización el alimento es previamente congelado, el agua pasa primero
del estado líquido al sólido, y a continuación se somete a una desecación al
vacío, es decir, se introduce en una cámara de vacío que separa el agua por
sublimación o volatilización, pasando el agua del estado sólido al gaseoso sin
pasar por el estado líquido.
Historia del
proceso de liofilización
La industria
desarrolló la liofilización a mediados del siglo pasado, y aunque parezca un
proceso más vanguardista que la deshidratación, es interesante saber que la
liofilización natural existe desde la antigüedad. En los Andes, los Incas
dejaban que los alimentos se congelasen durante toda la noche, a la mañana
siguiente, el calor del sol y la baja presión atmosférica provocaban la
sublimación del agua que se había congelado.
Diferencias entre
uno y otro
Ahora queremos
comentaros las diferencias organolépticas y de conservación de los alimentos deshidratados y liofilizados. El
proceso de liofilización es lento y costoso, las máquinas liofilizadoras son
caras, pero dan muy buenos resultados. El alimento liofilizado ofrece unas
características más interesantes que el alimento deshidratado en cuanto a
conservación y textura. Elimina mayor porcentaje de agua (en ninguno de los dos
casos se elimina totalmente), altera menos las propiedades nutritivas del
alimento, conserva prácticamente todo su sabor y apenas desfavorece su textura
natural al rehidratarlo.
Los alimentos
liofilizados ofrecen una textura crujiente, mientras que los
deshidratados tienen una textura más blanda o flexible. En cuanto a la
conservación, estando en ambos casos hablando de los productos convenientemente
envasados, los deshidratados suelen tener una vida útil (conservando sus
cualidades) de un año aproximadamente, mientras que los liofilizados pueden almacenarse
y conservarse por un periodo más largo.
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